El intercambio de alianzas de oro es un símbolo bien conocido en nuestra
sociedad. Menos conocida, sin embargo, es la destrucción con la que va
acompañada su producción. "Para la producción de un anillo de bodas, se
generan unas 20 toneladas de residuos, que en gran parte son productos químicos
tóxicos, como el plomo, el mercurio, el arsénico o el cianuro", cuenta
Payal Sampat, directora de la campaña internacional "No al oro sucio"
de la Organización
Earthworks. "En algunas de las regiones más ricas en
biodiversidad se está promoviendo el oro, o está previsto hacerlo", añade.
Con el fin de fomentar una minería sostenible se ha creado el estándar
“Fairmined" . Para conseguir este estándar, las emisiones de mercurio
deben reducirse de un 60 a un 90 por ciento; o tienen que cambiar al cianuro
para el proceso de extracción, y asegurarse de que los residuos se eliminan de
manera segura. A su vez, las minas “Fairmined” deben ser administradas
democráticamente, la seguridad laboral y los derechos de los trabajadores deben
estar garantizados y el trabajo infantil deberá ser un tema tabú.
El paso final es integrar a joyeros y clientes en esta iniciativa. La
diseñadora de joyas, Arabel Lebrusan, por ejemplo, realiza encargos de comercio
justo y utiliza oro reciclado para la elaboración de sus alianzas. Muchas de
sus clientes son "novias éticas" que desean poder llevar una joya tan
especial con la conciencia tranquila.
Fuente: DW
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