Cada europeo arroja a la basura
una media de 180 kilos de comida al año, sumando a todos los habitantes de la Unión Europea tendríamos casi 89 millones de
toneladas de alimentos que van a parar a los vertederos. Algo bastante
censurable, pero más en este momento de crisis económica que se ha traducido en
que más de 1,3 millones de españoles tengan que acudir diariamente a los bancos
de alimentos y comedores sociales.
Por ello destacan iniciativas
como
“Too Good for Waste” una campaña desarrollada por varios restaurantes británicos para que sus
clientes se puedan llevar a casa la comida que no han podido terminar y que de
ese modo no termine en la basura.
A parte de traducirse en un
importante ahorro para nuestros bolsillos (lo que nos ha sobrado durante la
comida puede ser nuestra cena), también supone un importante beneficio para el medio ambiente al evitar que esa comida
termine en el vertedero.
La mayor parte de los restaurantes
adheridos a este programa están bastante concienciados con la sostenibilidad.
Muchos de ellos convierten en compost los residuos vegetales para luego
utilizarlos como abono en los cultivos, reciclan el aceite, tapan las ollas
durante la cocción para aumentar la
eficiencia energética… el fin: conseguir que su actividad tenga el menor
impacto sobre el medio ambiente.